El gobierno francés, partidario de la Unión Europea, y los líderes populistas de Italia seguían enfrentados el viernes, a la vez que importantes empresarios de ambos países apelaron a sus líderes para que restauren la calma en medio del altercado diplomático más grave entre estos aliados históricos desde la Segunda Guerra Mundial.
Francia dijo que el retiro de su embajador en Italia es una decisión temporaria, pero que la medida debe servir de advertencia a Italia a que no se inmiscuyan en asuntos internos franceses.
En Italia, el viceprimer ministro, que provocó las iras de París, se mantuvo firme y reiteró su crítica a la política exterior francesa.
Francia e Italia son miembros fundadores de la Unión Europea, creada tras la Segunda Guerra Mundial, y el inusual enfrentamiento tiene un efecto dominó en el continente ahora que las tensiones entre nacionalistas y fuerzas pro UE están creciendo.
Funcionarios franceses dijeron el viernes que el retiro del embajador francés Christian Masset se debió a meses de “ataques infundados” por parte de los ministros italianos Luigi Di Maio y Matteo Salvini, que han criticado las políticas económicas y migratorias del presidente Emmanuel Macron.
Pero el detonante de la crisis parece haber sido la reunión de Di Maio esta semana en un suburbio de París con integrantes del movimiento de protesta “chalecos amarillos” que aspiran a bancas en el Parlamento Europeo.