Mientras tiraba de un carruaje en Manhattan, Estados Unidos, un caballo se desmayó, justo después de que el conductor tirara de las riendas y lo abofeteara. El hombre intentaba detenerlo, pero las rodillas del caballo colapsaron, provocando que el inhumano conductor del carruaje lo azotara ordenándole levantarse para evitar el tránsito.
El hecho se registró en 9th Avenue y West 45th Street, Hell’s Kitchen, alrededor de las 17:00 horas. En consecuencia, los transeúntes defendieron al animal.
El audiovisual fue publicado en el Twitter de NYCLASS, una organización que en esta oportunidad en específico defiende los derechos de este caballo en carruaje. En su biografía destaca el siguiente mensaje: “NYCLASS se compromete a poner fin al abuso de caballos de carruaje y obtener protecciones legales para todos los animales a través de la acción legislativa y el activismo”.
Según la descripción por parte de la organización, en el tuit que acompaña el video explican que el caballo se cayó debido a las altas temperaturas. “El caballo de un carruaje de caballos se derrumbó sofocado ahora mismo en 45 St/9th Ave, sin poder levantarse, probablemente debido al calor”, afirmaron.
A su vez, destacaron en la publicación que el caballo pudo morir debido a que no había un veterinario cerca. “Como de costumbre”, dice la organización, “no hay ningún veterinario en la escena, la industria no tiene a nadie local para cuidar a estos pobres caballos en caso de emergencia, y estamos seriamente preocupados por la vida del caballo”.
Por tal motivo, hicieron un llamado de protesta para que cese el uso equino con uso recreativo en las calles de Nueva York. “El mundo está mirando. Este caballo puede morir, como muchos otros. ¡Debemos pasar la Intro 573 para acabar con este abuso!”.
En las imágenes se observa cuando los policías trataban de ayudar al caballo dándole hielo y le rociaban agua, pero este no respondía.
Indiferencia
Lo más indignante para usuarios, fue que después de azotar a su caballo enfermo, que sufría y colapsaba, el dueño de este carruaje, llamado Ian Mckeever, se recostó y se relajó en el vehículo mientras su caballo se retorcía de dolor en el pavimento caliente.