Doce manifestantes antigubernamentales fueron asesinados el domingo durante las actuales protestas en Bagdad, las muertes más recientes que se reportan después de seis días de disturbios en Irak, y donde han fallecido más de 100 personas y miles más han resultado heridas.
Las fuerzas de seguridad respondieron con medidas enérgicas contra las manifestaciones espontáneas para exigir empleo, mejores servicios y el fin de la arraigada corrupción en un país rico en petróleo.
En su primer comunicado oficial del gobierno para hacer un recuento de la violencia, el portavoz del Ministerio del Exterior Saad Maan dijo el domingo que 104 personas han muerto durante los seis días de protestas, incluyendo ocho miembros de las fuerzas de seguridad, y que hay más de 6.000 heridos. Afirmó que ya se abrió una investigación para determinar al responsable de la jornada más violenta en Bagdad, el viernes.
El descontento es el desafío más serio que enfrenta Irak en dos años, luego de su victoria sobre los combatientes del grupo Estado Islámico. El caso se presenta en un momento crítico para el gobierno, que ha quedado atrapado entre las crecientes tensiones entre Estados Unidos e Irán en la región. Irak es aliado de ambas naciones y alberga a miles de tropas estadounidenses, así como a poderosas fuerzas paramilitares leales a Irán.
El principal líder espiritual chií de Irán, el gran Ayatola Ali al-Sistani, llamó a ambas partes a poner fin a la violencia, mientras que el primer ministro pidió a los manifestantes regresar a casa. El premier Adel Abdul-Mahdi también prometió reunirse con los inconformes en donde estén y sin la presencia de las fuerzas armadas, con el objetivo de atender sus demandas.
Abdul-Mahdi defendió a las fuerzas de seguridad al decir que realizaban su labor y que únicamente utilizarían la fuerza en casos extremos de autodefensa.
“No podemos aceptar que la situación continúe”, dijo Abdul-Mahdi a su gabinete la noche del sábado en declaraciones transmitidas por televisión. “Escuchamos de francotiradores, bombas incendiarias, policías y un civil quemados”.
El domingo, Maan dijo que los manifestantes han incendiado 51 edificios públicos e instalaciones de ocho partidos políticos. Aseguró que las fuerzas de seguridad no confrontaron a los manifestantes, añadiendo que hay “manos maliciosas” que atacan por igual a civiles y miembros de seguridad.