En la colonía donde vivia Valeria y su papá, los migrantes que fallecieron en el Río Bravo, en El Salvador, hay miles de historias de personas que fueron deportados, que estan viajan de forma ilegal y otros que quieren hacerlo. Una investigación de un diario español (ElPaís.com) se encontró con historias de jóvenes que dicen que vivir en El Salvador “es un infierno”.
Alex Rodas de 20 años, es el protagonista de su historia, relatan al diario que acababa de tener una hija y su salario le rendía cada vez menos. Finalmente decidió no migrar de forma ilegal, “por la niña”. Con la fotografía de Óscar Martínez y su hija Valeria grabada en la mente, hoy asegura que no se iría de El Salvador. “Y menos ahora, después de esta noticia”.
¿Porqué migran de forma ilegal?
La respuesta inmediada de Rodas es “por falta de oportunidades laborales”. En El Salvador la pobreza alcanza casi al 30% de la población, ha hecho que un empleo decente se vuelva el sueño más deseado. “Yo prefiero quedarme aquí, pero se me hace difícil, a veces no se consigue nada”, asegura Rodás.
Pobreza los empuja a la delincuencia
En Altavista, una colonia dormitorio de 300 mil 000 habitantes a las afueras de San Salvador es una de las más peligrosas por la presencia de pandillas . Las amenazas y la presión de los pandilleros son otro factor de gran peso que expulsa a la gente según varios movimientos sociales y autoridades gubernamentales.
“En este lugar es una maldición ser joven”, comenta un portavoz del Gobierno de San Martín, uno de los tres municipios que comprende a Altavista, junto con Ilopango y Tonacatepeque. Unos 4 mil 800 menores de 17 años denuncian agresiones sexuales cada año en el país, según datos del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer.
Reportes de organizaciones
La organización internacional Save the Children califica la situación de los jóvenes salvadoreños como de “fuego cruzado” entre bandas criminales. Algo “equiparable a una guerra”.
El último informe de la ONG, presentado el pasado martes, alerta sobre los niveles extremos que alcanza la violencia. En 2018, el país centroamericano se convirtió en el cuarto del mundo con más homicidios de menores de 19 años, solo por detrás de Venezuela, Colombia y Honduras, al alcanzar casi los 21 asesinatos por cada 100.000 habitantes.
Las caravanas de migrantes centroamericanos que comenzaron a verse a finales del año pasado reflejaron la gravedad de un fenómeno gestado durante años. Solo entre 2015 y 2017, más de 50.000 personas emigraron desde El Salvador, según datos de Naciones Unidas, principalmente hacia Estados Unidos.
Acciones del nuevo presidente Nayib Bukele
El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, admitió la responsabilidad del Gobierno en la emigración masiva. La nueva Administración ha puesto en marcha el Plan de Control Territorial que, hasta el momento, ha significado más presencia de las fuerzas de seguridad y medidas para evitar que los pandilleros presos sigan liderando actividades criminales desde las cárceles.
Información ElPaís.com, organizaciones: Save The Children, ONU y Gobierno de El Salvador.