El uruguayo Edinson Cavani puso al fin concretar en las redes el romance que lo unía con Boca Juniors, el club al que llegó a mediados del año pasado, y con un triplete anotado en 16 minutos en la victoria 3-2 frente a Belgrano se ganó la ovación de una Bombonera extasiada con su jerarquía.
El artillero charrúa, de 37 años, llegaba al choque contra Belgrano agobiado por una extensa sequía de casi cinco meses sin anotar, entre algunas ausencias por lesión y también partidos en los que el gol se le negó de manera sistemática, casi hasta abajo del arco rival.
Cavani había señalado su último tanto para Boca el 15 de octubre pasado contra Talleres por la Copa Argentina, y desde entonces pasaron 594 minutos hasta volver a su habitual festejo del arquero que dispara una flecha, incluida una discreta participación en la final de la Copa Libertadores que Boca perdió con Fluminense en el Maracaná.
La “resurrección” de Cavani, el goleador al que Boca aprendió a esperar
Pero, así como Boca supo esperar que Cavani terminara su largo periplo por Europa para abrirle las puertas a fines de julio pasado, los hinchas también aguardaron que pasara la mala racha y, como un vaticinio, antes del partido contra Belgrano se escuchó en La Bombonera el cántico de “aplaudan, no dejen de aplaudir, los goles de Cavani que ya van a venir”.
- La sequía parecía extenderse cuando Boca quedó abajo 1-0 y Nahuel Losada, el arquero de Belgrano, le negó el gol tras un potente cabezazo que buscaba la igualdad durante el primer tiempo.
Pero Boca creció en la segunda mitad y arrinconó al equipo cordobés, hasta que llegó el penal a Cristian Medina y Cavani, ya designado para ejecutar la sanción, no dudó en tomar la pelota y romper el hechizo con un derechazo cruzado y potente y estampar el 1-1.
Furia goleadora
Ese penal convertido pareció desatar la furia goleadora contenida, y en apenas 16 minutos llegaron otros dos goles, el primero con una preciosa definición por encima de Losada tras recibir una asistencia en diagonal de Lautaro Blanco, y luego infló la red con un derechazo tras un pase de Luca Langoni dentro del área visitante.
- Así, Cavani anotó tres goles en un lapso breve, la misma cantidad que había señalado en 20 partidos previos, y se reencontró con la versión de aquel artillero que marcó más de 400 goles en su carrera y se lució en Danubio (Uruguay), Palermo y Nápoles (Italia), París Saint-Germain (Francia), Manchester United (Inglaterra) y Valencia (España), antes de llegar a Boca.
“Son esos momentos que a veces tenemos que pasar los delanteros. De esto sólo se sale con trabajo y dedicación, y ya son muchos años que uno anda atrás de la pelota. Me quedo muy feliz por el partido, por todo lo que significó”, contó un Cavani exultante después de una victoria que, además, devuelve a Boca a la lucha por la Copa de la Liga.
Se lo dedica a su familia
“La pelota va para mi familia. Es la que se banca (soporta) todo, la que está día a día, te apoya, siempre para darte ese empujón. Son los invisibles que nos soportan, que nos aguantan cuando pasamos momentos difíciles, los que creen más que nadie en nosotros”, agregó en la dedicatoria tras llevarse a casa el balón, como suele suceder cuando se anota un triplete.
Cavani tuvo su noche soñada con Boca, equipo al que el delantero aprendió a seguir cuando era pequeño y tenía como ídolo al también uruguayo ‘Manteca’ Sergio Martínez, que en la década de 1990 era ídolo y goleador ‘xeneize’, y al que el joven Edinson seguía por la televisión, con las ganas de gritar sus goles, algún día, frente a la fervorosa hinchada auriazul.
Con información de la agencia de noticias: AFP