Aunque el gobierno estadounidense argumenta que trata de rescatar la democracia en Venezuela, Washington tiene un largo historial de intervenciones _militares y de otro tipo_ en la política latinoamericana.
Desde la aparición de la Doctrina Monroe a principios del siglo XIX, Estados Unidos se ha inmiscuido en los asuntos de diversas naciones a lo largo del continente, por lo general en nombre de los intereses comerciales de Norteamérica o en apoyo de fuerzas de tendencia derechista contra líderes de izquierda.
Tal intervencionismo militar menguó cuando la Guerra Fría llegó a su fin, aunque Estados Unidos ha sido acusado de brindar al menos apoyo tácito en golpes de Estado en Venezuela en 2002 y Honduras en 2009.
El reconocimiento de Juan Guaidó como el presidente interino de Venezuela por parte del gobierno de Trump da a Estados Unidos un papel más firme en Latinoamérica que el que ha tenido por años.