Daniel Noboa, presidente electo de Ecuador aspira a sacar el país de la de la violencia narcotráfico y llevarlo a los tiempos de tranquilidad.
Sus propuestas son implementar un sistema de jurados exclusivos para delitos graves, militarizar las fronteras con Colombia y Perú los mayores productores mundiales de cocaína y crear barcos prisiones para los reclusos más violentos.
La pregunta es si Noboa podrá frenar el terror que vive Ecuador, que pasó de ser en pocos años un país de relativa paz a territorio de operaciones de carteles de México y Colombia que asociados a bandas locales, introdujeron también métodos criminales: cadáveres desmembrados, incinerados o colgados de puentes.
Estos son los retos que deberá encarar el nuevo mandatario de 35 años, hijo de uno de los hombres más ricos del país y con una fugaz experiencia política en el Congreso.
Controlar cárceles
Uno de los primeros síntomas del repunte de la violencia fueron las masacres simultáneas en cuatro cárceles en febrero de 2021, por choques entre bandas rivales. Desde entonces, al menos 460 reclusos han muerto en enfrentamientos, algunos transmitidos en vivo por redes sociales.
Imágenes de cuerpos destazados a golpe de machete y cadáveres ardiendo bajo fuego dan cuenta del descontrol dentro de las prisiones, convertidas en centros de operaciones del narcotráfico.
Las instituciones vinculadas a la seguridad no confían entre sí, los funcionarios podrían ser captados por el crimen organizado y “las soluciones se van a convertir en un problema adicional” indican analistas.
Depurar fuerzas de seguridad
Los narcos operan y se fortalecen con la anuencia de algunos miembros de la fuerza pública, coinciden expertos.
“Es indispensable una muy agresiva, rápida y eficaz depuración de las fuerzas de seguridad que evidentemente están infiltradas por el crimen organizado”, comenta David Chávez, analista político de la Universidad Central.
En Ecuador es usual que en grandes operativos caigan policías y militares vinculados a organizaciones criminales.
Estados Unidos incluso retiró en 2021 y 2022 visas a altos oficiales de la policía, jueces y empleados judiciales, con el argumento de combatir la corrupción y el crimen organizado.
El gobierno saliente de Guillermo Lasso aprovechó ese apoyo de los ecuatorianos para ordenar numerosos estados de excepción que le permiten desplegar soldados en calles y prisiones.
Reforzar Inteligencia
El servicio de inteligencia en Ecuador ha sido botín en medio de pugnas políticas. Considerado un aparato de espionaje en contra de opositores durante el mandato del expresidente socialista Rafael Correa (2007-2017), fue reestructurado por los gobiernos de derecha posteriores.
La tasa de homicidios es el principal termómetro con el que será medido el nuevo presidente.
Noboa fue elegido por un breve periodo, hasta mayo de 2025, para completar el mandato de Lasso. El impopular presidente saldrá de manera anticipada luego de disolver el Congreso y llamar a elecciones para esquivar una posible destitución en un juicio por corrupción.
Expertos estiman que Ecuador podría cerrar este año con el récord de 40 homicidios por 100.000 habitantes, más que México o su vecino Colombia “que han tenido una historia criminal mucho mayor y de mayor data”, señala el analista.