En un escueto mensaje en la cuenta oficial de Twitter del INM, Guillén agradeció “la distinción y oportunidad de servir al país”, pero no explicó las razones de su dimisión.
La renuncia llega en plena puesta en marcha del plan migratorio acordado entre México y Estados Unidos para reducir el flujo de migrantes que cruzan el país rumbo al norte, un programa coordinado desde el primer momento por el canciller, Marcelo Ebrard, y con el que se logró evitar que Washington impusiera aranceles a todas las importaciones mexicanas tal y como había amenazado el presidente Donald Trump.
Guillén, un sociólogo y exacadémico del Colegio de la Frontera Norte, una prestigiosa universidad de Tijuana, se había mantenido fuera del ojo público durante la crisis con Estados Unidos, cuyo manejo ha sido criticado desde las propias filas de Morena, el partido del gobierno.
Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Cámara de Diputados y legislador oficialista, poco antes de que se hiciera público el tuit, acusó al canciller de acaparar funciones que no le correspondían dado que las cuestiones de migración están bajo la competencia de la Secretaría de Gobernación.
En abril, en una conferencia de prensa conjunta con Ebrard y la titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, entre otros altos cargos, Guillén mostró cierta distancia con el canciller y la segunda del gabinete mexicano, que se mostraban a favor de contener de forma más contundente a los migrantes indocumentados.
A principios de semana, México empezó a implementar un programa para intentar reducir el flujo de migrantes en un plazo de 45 días, una tarea nada sencilla según ha reconocido el propio ejecutivo pero que el gobierno dice poder conseguir.
Uno de los compromisos de ese plan es el despliegue en la frontera sur de hasta 6.000 efectivos de la Guardia Nacional, que según Ebrard estará completado el próximo martes.
El objetivo es que esos elementos de la policía federal, el ejército y la marina –que conforman de momento el cuerpo recién creado por el gobierno– es contener a los migrantes indocumentados.
“No estábamos preparados para esto”, dijo Ebrard el viernes en el Senado al reconocer que la frontera sur no tiene la infraestructura necesaria para hacer frente al actual flujo migratorio.
De hecho, horas antes de esta comparecencia, el presidente mexicano reconoció que hay 68 cruces fronterizos en el sur que no tienen vigilancia pero garantizó que muy pronto la habrá.
El mandatario hizo el comentario en respuesta a una pregunta de la prensa sobre un paso entre México y Guatemala donde reporteros habían presenciado el cruce sin control de personas.
“Tenemos identificados 68 cruces así y en todos va a haber vigilancia”, se comprometió López Obrador.
Según dijo, esa situación se debió a la corrupción imperante en el INM y en las aduanas y recordó que más de 500 elementos del Instituto fueron separados de sus cargos. “Estamos limpiando pero esta labor lleva tiempo”, agregó. Por eso apostó por la Guardia Nacional para atajar esta “emergencia”.
Ebrard explicó que además de la Guardia se mandarán 825 nuevos agentes migratorios y 200 funcionarios de la Secretaría de Bienestar.
El gobierno mexicano aseguró que el programa migratorio comenzó a implementarse a principios de semana pero el viernes, en la región de Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala, no era visible todavía un incremento notable de soldados, policías militares, federales o marinos –que son los cuerpos que integran la Guardia– aunque efectivos de todas esas fuerzas están presentes desde hace semanas en los controles de las carreteras y en las instalaciones migratorias.
Tampoco eran visibles efectivos en las orillas del fronterizo río Suchiate, por donde los migrantes cruzan cada día en balsa de forma irregular.
Ebrard también hizo el viernes un llamado a la comunidad internacional y a las agencias de Naciones Unidas para que apoyen a México en el control y gestión del flujo migratorio que atraviesa el país y en la lucha contra el tráfico de personas, un negocio que, según sus datos, mueve 6.000 millones de dólares año.
“No nos dejen solos”, pidió tras enfatizar que se puede avanzar en el desarrollo de Centroamérica en el corto plazo si hay un compromiso claro. “¿Dónde está la comunidad internacional? Que nos ayuden en Centroamérica”.