El sismo tuvo una magnitud preliminar de 5,4, indicó el Servicio Geológico de Estados Unidos, y su epicentro se ubicó cerca de los límites entre los estados de Guerrero y Oaxaca, en el sur del país, a una profundidad de cerca de 18 kilómetros.
La Ciudad de México se erigió sobre un antiguo lago, lo que significa que los sismos se perciben con mayor intensidad, incluso si tienen epicentros lejanos. Las autoridades de la ciudad señalaron que el movimiento telúrico no fue lo suficientemente fuerte como para activar las alertas sísmicas en altavoces y teléfonos celulares.