Eran hijas, hermanas, madres, esposas, amigas y cada una tenía una vida, sueños, metas por cumplir. Sin embargo, nunca imaginaron que un día engrosarían las estadísticas de violencia contra la mujer. Este flagelo terminó por alcanzarles y cegar su existencia.
El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) presentó recientemente su informe bimestral en donde se observa los números de necropsias asociadas a hechos violentos.
Lamentablemente, durante estos dos primeros meses del año, se contabiliza la muerte violenta de 106 mujeres. Esto refleja un aumento del 20 por ciento en comparación al 2020 cuando se registraron 88.
Las principales causas de deceso están asociadas a arma de fuego, asfixia por suspensión y arma blanca. El rango de edad con mayor número de víctimas oscila entre los 16 a 30 años.
El informe también muestra que los departamentos que concentran la mayoría de casos son: Guatemala, Escuintla, Quetzaltenango, Chiquimula y Jutiapa.
Asesinos podrían estar en su circulo cercano
Expertos en temas de seguridad dan a conocer que es muy probable que un buen porcentaje de estos casos haya sido perpetrado por alguien cercano a la víctima. Es decir, pareja, familiar, amigo o conocido.
Indican que regularmente, cuando se registra un homicidio o asesinato de mujeres, este suele asociarse a premisas como “a saber en qué andaba metida” o “algo hizo para merecer eso”. También se maneja la errónea idea que en su mayoría, son asesinatos perpetrados por sicarios con experiencias, o personas con una cuadro de salud mental severo.
Sin embargo, esta premisa no siempre se cumple, ya que una gran parte de los crímenes son cometidos por personas sin un historial delictivo y psicopatológico significativo.
Los expertos agregan que algunos de estos casos, pudieron haber ido en una espiral de diversos tipos de violencia. En ese sentido, instan a mujeres jóvenes y adultas a denunciar cualquier tipo de maltrato hacía su persona y buscar apoyo externo.
Intensifican estrategia para prevenir violencia contra mujeres y niños