Nació en Lima en 1949 en una familia ligada al partido Alianza Popular Revolucionaria Americana, y transcurrió la mayor parte de su vida en esta ciudad frente al Océano Pacífico.
Tras finalizar sus estudios de nivel medio ingresó a la Pontificia Universidad Católica del Perú y luego a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, de donde egresó con el título de abogado en 1971.
En Europa cursó estudios de doctorado en derecho y en sociología, primero en la Universidad Complutentes de Madrid y luego en la Universidad de París, ciudad en la vivió varios años hasta regresar al Perú.
Lo hizo en 1978 por pedido del lider aprista Víctor Raúl Haya de la Torre y comenzó a participar activamente en la política de su país.
De esta manera, formó parte de la Asamblea Constituyente de 1978, convocada en los últimos años del Gobierno Revolucionario de la Fuerza Armada que controló al país entre 1968 y 1980, y que tenía como fin redactar la nueva carta magna y allanar el camino para la celebración de elecciones.
Con apenas 36 añosGarcía se convirtió en el segundo presidente desde el retorno de la democracia y en sus inicios gozó de un enorme apoyo popular por su juventud y su discurso orientado a los trabajadores y los pobres, y se convirtió en un ejemplo en toda América Latina, al punto de que en Argentina era conocido el slogan “Patria querida, dame un presidente como Alan García”.
Luego de que Fujimori cerrara el congreso peruano en 1992, García pidió asilo político en la embajada de Colombia, el cual fue concedido por el presidente colombiano César Gaviria.
Durante su exilio la justicia continuó investigando y avanzando en las causas por corrupción abiertas en su contra, hasta que en 2001 la Corte Suprema de Justicia de Perú declaró la prescripción de sus delitos.
En 2006 García asumió en un Perú muy distinto al de la década de 1980. Trató de obtener un tercer mandato en 2016, pero sólo llegó al 6% de los votos.
Este miércoles, tras conocerse la decisión de la justicia de detener a García por supuestos delitos de lavado de activos, tráfico de influencias y colusión, el ex mandatario tomó la decisión de suicidarse en su hogar en Lima, poniendo fin a una larga carrera que transitó en paralelo al del retorno de la democracia en el Perú.