La justicia estadounidense anunció sobre productos falsificados incautados. Son unos 220 mil productos de lujo por valor de 1 mil millones de dólares, algo inédito en Estados Unidos.
El anuncio de la fiscalía federal del sur del estado de Nueva York, que incluye Manhattan, mostró fotografías de depósitos ubicados en la isla principal de la megaciudad llenos de cajas con las falsificaciones.
El valor de las mercancías incautadas, que incluyen bolsos, ropa, zapatos falsificados y otras copias de productos de consumo, fue estimado en la inédita cifra de “cerca de 1 mil 030 millones de dólares”; según el comunicado.
Millones de dólares en productos falsificados incautados
Según la nota, dos personas -Adama Sow, de 38 años, y Abdulai Jalloh; de 48- fueron detenidos y acusados el lunes por “tráfico de bienes falsificados”.
De ser hallados culpables, pueden enfrentar una pena de hasta 10 años de prisión.
“Las incautaciones anunciadas hoy representan (…) la más grande incautación en la historia de Estados Unidos”, aseguró el fiscal federal de Manhattan, Damian Williams.
Tráfico de productos falsificados incautados
Para uno de los jefes de la policía de Nueva York, Edward Caban; “el tráfico de productos falsificados no es un delito sin víctimas físicas porque ataca a empresas legales, gobiernos y consumidores”.
Nueva York, como muchas megaciudades del mundo ve sus aceras, alrededor de sitios turísticos, llenarse de vendedores ambulantes que ofrecen artículos como ropa, prendas deportivas y joyas falsificados de marcas muy conocidas.
Falsificación de productos
La falsificación de productos no solo representa un delito contra la propiedad intelectual, sino que también implica serias repercusiones económicas y sociales para Estados Unidos. Este fenómeno socava el mercado legítimo, al inundarlo con mercancías de calidad inferior y precios más bajos; lo cual afecta directamente a las empresas originales, disminuyendo sus ingresos y su capacidad de inversión en investigación y desarrollo.
Además, el gobierno enfrenta pérdidas significativas en recaudación fiscal debido a que los productos falsificados suelen comercializarse en mercados informales. En términos de empleo, la existencia de una industria falsificadora contribuye al descenso de puestos de trabajo legítimos; dado que las empresas legales pueden verse obligadas a reducir su producción y su personal.
Por último, los consumidores también se ven afectados, ya que los productos falsificados, al no pasar controles de calidad, pueden implicar riesgos para la salud y la seguridad.
Con información de la agencia de noticias AFP