Al final, Vitalii Shpalin recibía ayuda. A lo lejos, vio como la pequeña embarcación ucraniana de rescate atravesaba las aguas habían sumergido por completo el vecindario de este residente de 60 años tras el catastrófico derrumbe de una represa en el disputado sur del país.
Él y los demás embarcaron con suspiros de alivio, interrumpidos de pronto por el ruido de las balas.
Shpalin se agachó y una bala de rozó la espalda. Sintió que una le atravesaba el brazo y luego la pierna. Los rescatistas del bote pidieron refuerzos por radio. “Nuestro barco tiene fugas”, les escuchó decir Shpalin. Un anciano murió ante sus ojos — tenía los labios azules.
La embarcación, que trasladaba a civiles a lugares seguros en la ciudad de Jersón, al otro lado del río, había sido atacada por soldados rusos apostados en una casa cercana, de acuerdo con funcionarios ucranianos y testigos en el bote.
Rusos disparan contra civiles
“(Los rusos) dejaron pasar a los botes que venían a rescatar a gente”, contó Shpalin. “Pero cuando estaban llenos de gente, comenzaban a disparar”.
Las masivas inundaciones causadas por la destrucción de la represa de Kajovka el 6 de junio han arrasado pueblos situados río abajo en ambas orillas del Dniéper, en la región de Jersón, que está en la línea del frente de la guerra. Rusia y Ucrania se acusan mutuamente de provocar el colapso.
En los caóticos primeros días tras el incidente, socorristas ucranianos en embarcaciones privadas prestaron ayuda clave a los desesperados civiles atrapados en zonas inundadas de la orilla oriental ocupada por Rusia, siempre que sus misiones podían sortear a los drones y francotiradores rivales.
Los barcos llevaban a voluntarios y militares sin uniforme desde zonas bajo dominio de Kiev en la orilla occidental para evacuar a quienes estaban varados en tejados, áticos y otras zonas elevadas.
Ahora, esa opción se está agotando. A medida que las aguas remiten, el lodo putrefacto obstaculiza cada vez más su tarea. Y los soldados rusos están regresando a la zona, reforzando el control.
Los relatos acerca de la ayuda rusa varían entre los sobrevivientes, pero muchos evacuados y residentes acusan a las autoridades de Moscú de hacer poco o nada para ayudar a los residentes desplazados. Algunos civiles contaron que, a veces, se obligaba a los desalojados a presentar pasaportes rusos para poder marcharse.
El Ministerio de Defensa de Rusia no respondió de inmediato a pedidos de comentarios de The Associated Press acerca de las acciones de sus autoridades en las zonas anegadas ocupadas, o sobre el ataque a la embarcación de rescate.
“La Federación Rusa no proporcionó nada”
La AP habló con 10 familias rescatadas en la orilla este, además de con socorristas, funcionarios y víctimas heridas en esas misiones.
“La Federación Rusa no proporcionó nada. Ni ayuda, ni evacuación. Abandonaron a la gente para que lidiase sola con el desastre”, afirmó Yulia Valhe, evacuada desde la ciudad ocupada de Oleshky. “Tengo amigos que se quedaron allí, gente que conozco necesita ayuda. De momento no puedo hacer más que decirles ‘Aguanten’”.
Al menos 150 personas han sido rescatadas por Ucrania en zonas bajo control ruso en las arriesgadas operaciones de evacuación, indicó Oleksandr Tolokonnikov, vocero del gobierno de Kiev. Es una cifra pequeña comparada con las cerca de 2.750 personas auxiliadas en zonas inundadas en manos ucranianas.
La organización local Helping to Leave, que ayuda a huir a los ucranianos que viven bajo la ocupación del Kremlin, dijo que recibió pedidos de 3.000 personas en esa zona, según Dina Urich, responsable del departamento de evacuaciones de la ONG.
“Haremos todo lo que podamos, pero tampoco podemos exponer a nuestra gente al peligro”, indicó Tolokonnikov. “Los rusos siguen amenazándonos y cumplen sus amenazas disparando a la gente por la espalda”.
Por AP**