El presidente electo de Ecuador tiene un desafío colosal. Poco experimentado en la política y exitoso empresario, Daniel Noboa aspira a sacar el país de la tormenta de la violencia narco y llevarlo a los viejos tiempos de aguas tranquilas.
Propuestas como implantar un sistema de jurados exclusivos para delitos graves; militarizar las fronteras con Colombia y Perú -los mayores productores mundiales de cocaína- y crear barcos prisiones para los reclusos más violentos le dieron el voto del 52 por ciento de los electores con un clamor unánime: más seguridad en medio de la guerra entre carteles.
Los retos Noboa
La pregunta es si Noboa podrá frenar el terror que vive Ecuador, que pasó de ser en pocos años un país de relativa paz a territorio de operaciones de carteles de México y Colombia que, asociados a bandas locales; introdujeron también cruentos métodos criminales: cadáveres desmembrados; incinerados o colgados de puentes.
Entre 2018 y 2022 los homicidios se cuadriplicaron hasta alcanzar el récord de 26 por cada 100 mil habitantes, y aumentaron los secuestros, extorsiones, balaceras.
Estos son los retos que deberá encarar el nuevo mandatario de 35 años; hijo de uno de los hombres más ricos del país y con una fugaz experiencia política en el Congreso.