Los 109.831 casos nuevos informados el viernes fijaron una nueva marca, y representan un nivel 25 veces superior a mediados de enero, cuando ómicron se convirtió en la variante dominante en el país. Las más de 516.000 infecciones registradas tan sólo en los últimos siete días llevaron el total de casos a nivel nacional a más de 1,75 millones.
Hasta el momento, parece haber muchas menos probabilidades de enfermar de gravedad o de morir con ómicron que con la variante delta, la cual castigó al país en diciembre y enero. Sin embargo, los casos aumentan a un ritmo mucho más rápido y parecen llevar al sistema de salud del país al borde del colapso.
El primer ministro Kim Boo-kyum reconoció la frustración de la población con las restricciones prolongadas y el impacto en el sector servicios, pero aseguró que las autoridades no pueden darse cuenta del lujo de relajar significativamente el distanciamiento social cuando las cifras de hospitalizaciones y decesos comienzan a acumularse.
Las autoridades extendieron el horario de servicio de restaurantes y otros establecimientos una hora, hasta las 10 de la noche, pero las reuniones sociales de más de siete personas seguirán estando prohibidos al menos hasta el 13 de marzo.
Las personas aún deben mostrar su estatus de vacunación en aplicaciones de su teléfono o mediante documentos para poder ingresar a espacios concurridos, como restaurantes, cafeterías, gimnasios y centros de karaoke.