Trabajar en Guatemala y ser honesto se ha vuelto imposible. Afirmación que realiza un taxista cuyo relato le impactará.
Este guatemalteco con una familia sobre sus hombros y muchas responsabilidades por cumplir destaca lo que él conoce como el cáncer social que a diario gana terreno y cobra decenas de vidas al mes en distintos puntos a nivel nacional: La Extorsión.
Anónimo, uno de los muchos taxistas que transita por las calles, tratando de ganar el sustento diario de su familia, ha sido víctima de la delincuencia. En su narrativa destaca que para trabajar en algunos sectores y para que no los maten, deben pagar la extorsión o encarar la muerte.
Ellos están bien organizados, nos monitorean, nos investigan, nos acosan e intimidan.
Los extorsionistas utilizan distintas formas para hacerles llegar el mensaje:
Primero nos dejan el celular o en ocasiones nos dejan notas, así han empezado. Hay compañeros en zona 17 y 18 que tras recibir el celular comenzaron a exigir a Q.75 diarios por cada unidad.
Para los taxistas es imposible, relata Anónimo, poder pagar la extorsión.
No solo hay días en los que no logramos sacar nada, solamente lo del combustible y ahora pagar esa cuota es casi imposible. Y a eso le sumamos que con la llegada de un servicio por plataforma a Guatemala, el negocio del taxi ha bajado mucho, es por eso que nos las hemos ingeniado a ofrecer servicios colectivos de hasta Q.5 por persona.
El temor reina constantemente. Ellos creen que al no poder pagar la cuota de la extorsión pronto serán presa de un motosicario que les cobrará la misma, pero con la muerte.
Mientras eso pasa por la mente de los taxistas, la preocupación sube de tono porque dependiendo del sector surgen otras peticiones de estos grupos de extorsionistas.
Por ejemplo: hay taxistas que pagan de Q. 150 a Q.250 por cada unidad y cuando llega el tiempo de bono, ellos imponen la cantidad que van desde los Q. 500 extra por semana. Se imagina usted que apenas logramos sacar para pagar la extorsión normal. Es muy difícil tratar de conseguir esos bonos que nos imponen.
La seguridad continúa siendo muy baja o nula en algunos lugares, como las denominadas zonas rojas, es el constante reclamos de los taxistas.
Nosotros les hemos ido a pedir a la PNC que por favor coloquen a un elemento en los puntos donde ellos se colocan. Los policías conocen donde es que más asaltan y donde se ponen los extorsionistas. A veces solo se suben para asaltarnos algunas personas. Nos crea más problemas.
En los últimos días se han registrado ataques contra taxistas, de los cuales dos fueron en las zonas 5 y 21, ambos trabajadores murieron.