San Francisco amplió su presencia en las redes sociales con aplicaciones chinas para atraer turistas millennials a lo largo del año.
En todo el país, la industria turística estadounidense trata de contrarrestar una de las consecuencias de la guerra comercial de Donald Trump con China: Una merma en el turismo de chinos gastadores.
La creciente clase media china es un mercado lucrativo para la industria turística estadounidense. Cerca de 3 millones de turistas chinos visitaron el país el año pasado. Y gastan liberalmente. Se calcula que dejan un promedio de 6.700 dólares por personas, superando por más del 50% el promedio que dejan los turistas del resto del mundo, según la Asociación de Viajeros de Estados Unidos.
La inquietud de las agencias de turismo estadounidenses aumentó cuando Beijing advirtió a los chinos que podrían ser hostigados en Estados Unidos. A ello se suman crecientes dificultades para conseguir visas estadounidenses.
La cantidad de visitantes chinos bajó casi un 4% en la primera mitad del año en curso, tras mermar casi un 6% en el 2018. De hecho, el año pasado llegaron menos turistas de todo el mundo, no solo de China, algo que la industria atribuye a los conflictos comerciales y a una creciente competencia.
Por ello los organismos turísticos de estados y ciudades están intensificando sus esfuerzos por atraer no solo chinos sino gente de todos lados. Utah y Los Ángeles, por ejemplo, se están enfocando en países como la India, que tiene una clase media joven y numerosa que ven como una potencial fuente de dólares del turismo.
Pero no sería fácil compensar la merma en el turismo chino. Algunas agencias de viaje estadounidenses dicen que los chinos podrían sentir que no son bienvenidos en el país bajo el gobierno de Trump y la advertencia que hizo Beijing a sus ciudadanos reforzó esa sensación.
El turismo es uno de los pocos sectores en los que Estados Unidos aventajaba a China. En el 2018, los turistas chinos que vinieron a Estados Unidos gastaron 30.000 millones de dólares más que los estadounidenses que viajaron a China.
Beijing emitió dos alertas a los viajeros a Estados Unidos: Una relacionada con las balaceras que se suceden aquí y la otra sobre un presunto hostigamiento de las autoridades estadounidenses.
Por otro lado, es cada vez más difícil para los chinos conseguir visas estadounidenses. En el 2018 fueron rechazados un 17% de las solicitudes de visa, comparado con un 8,5% en el 2013.
Algunas compañías de turismo están sintiendo el impacto. DFS Hawai, que opera negocios libres de impuestos en aeropuertos de Hawai, piensa despedir a una cuarta parte de sus empleados como consecuencia de la merma de turistas chinos y de otras partes de Asia, según dijo. En los primeros siete meses del año el turismo chino en Hawai había disminuido un 27% este año.
La propia Nueva York, que registró un aumento en el turismo este año gracias en parte a la apertura del complejo Hudson Yards y al Día Mundial del Orgullo, se muestra preocupada por la merma en el turismo chino.
Otros puntos del mundo pueden sacar ventaja. La Comisión Europea de Viajeros, que dice que Europa recibió 14 millones de chinos el año pasado, está haciendo presentaciones conjuntas con los chinos en conferencias de turismo y emplea celebridades chinas para compartir videos y entradas en las redes sociales vinculadas con Europa.