Tras una noche de choques entre manifestantes y cuerpos de seguridad, y en medio de un apagón a nivel nacional que suma más de 72 horas en muchas regiones, la capital venezolana amaneció con restos quemados de barricadas improvisadas en las principales avenidas.
Los pobladores intentan abastecerse de agua y alimentos realizando largos recorridos por la ciudad, esperanzados en encontrar algún comercio abierto. Varios hospitales han atendido a sus pacientes con la ayuda de generadores, pero algunos han tenido que operar sin luz.
Venezuela enfrenta el peor apagón de su historia desde el jueves en la tarde, que el presidente venezolano Nicolás Maduro atribuye a cinco ataques eléctricos, cibernéticos y “electromagnéticos” supuestamente orquestados por Estados Unidos.