Medios de comunicación de Estados Unidos han informado que cierra el Centro de Procesamiento Central en McAllen, ubicado en el estado de Texas. La causa principal de cierre es porque se reporta un gran número de migrantes que sufren síntomas similares a los de la gripe.
Autoridades buscan evitar la propagación de enfermedades, por eso tratarán a los enfermos, e impedirán la aglomeración de personas para detener el contagio.
Centros de detención abarrotados
La cantidad de migrantes que llegan a los centros de detención en Estados Unidos ha sobrepasado el límite. La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha criticado las condiciones de “hacinamiento” y varias ONG han denunciado un acceso insuficiente a alimento y servicios médicos.
Ante la perspectiva de la deportación y la falta de condiciones, algunos migrantes han escapado en los últimos meses de los centros donde estaban siendo retenidos. Unos 100 migrantes, principalmente cubanos, se fugaron este martes del principal albergue de Tapachula, el cuarto suceso de este tipo desde principios de abril.
Algunos centros sólo tienen la capacidad hasta de 400 personas y tienen más de mil, por eso varios ya han cerrado temporalmente y otros continúan ofreciendo la atención a pesar que el servicio no es el mejor, las condiciones no están optimas, y los papeleos administrativos se vuelven un caos por la cantidad de expedientes que tienen que levantar a diario.
Los trabajadores de los centros de detención a migrantes aseguran sentirse exhaustos, pero mientras lleguen más personas tienen en deber de prestar servicios en jornadas de más de 12 horas.
Incrementan deportaciones
Las deportaciones de migrantes desde México se han disparado en los primeros cinco meses del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador. El número de expulsados casi se ha triplicado, de los 5.717 de diciembre de 2018 a los 14.970 de abril, según datos preliminares del Instituto Nacional de Migración (INM), hasta sumar un total de 45.370 personas, la mayoría de origen centroamericano.