Médicos y expertos en nutrición sugieren a las personas que desean adelgazar y perder peso seguir una dieta saludable y hacer deporte regularmente. Si bien la alimentación y el ejercicio variarán en cada individuo según su sexo, edad y necesidades, hay una serie de hábitos que la mayor parte de la gente puede poner en práctica.
De este modo, una vez conocidos los productos que ingerir a diario y los movimientos que realizar, conviene tener en cuenta una serie de consejos. En primer lugar, más de una persona puede pensar que saltarse comidas contribuye a la pérdida de peso. Sin embargo, los especialistas recomiendan habitualmente hacer un total de cinco comidas entre el desayuno y la cena (ambas inclusive).
Saltarse la cena no supone una ayuda para los que desean deshacerse de esos kilos de más. Por el contrario, provoca un mayor apetito a primera hora del día y, como resultado, se acaba comiendo más de lo que se necesita.
No suprimir la cena
Por lo tanto, la primera regla relativa a la cena es hacerla siempre. Médicos y expertos aconsejan repartir las calorías a lo largo del día. Con ello, es más fácil no excederse a primera hora. Si se le administra alimento al cuerpo, será menos probable que no se sienta saciado por la noche y tenga el deseo de comer.
Al satisfacer el apetito, por la mañana la persona no tendrá hambre y se inclinará por opciones más saludables, ya que no necesita muchos nutrientes de manera rápida. El consejo de repartir las calorías está estrechamente relacionado con la siguiente norma: es mejor tomar algo entre horas en lugar de esperar a comer.
En caso de que se permanezca en ayunas desde la comida hasta la cena, es probable estar más hambriento a última hora. Es aconsejable consumir un pequeño tentempié con el que sentirse saciado hasta la cena. Eso sí, cabe recordar que no todos los alimentos son ideales para frenar el apetito entre horas.
Al igual que las cinco comidas del día deben incluir productos saludables, el estómago estará más tiempo ‘lleno’ si se le administran nutrientes. Tener un ‘snack’ planificado también evita comer alimentos más prohibitivos que, lamentablemente, a veces coinciden con los favoritos de muchos: dulces y salados.
Una pieza de fruta, un yogur bajo en calorías, onzas de chocolate negro o infusiones son algunas de las alternativas propuestas por expertos en nutrición. La primera es una fuente de agua y fibra que retrasa la aparición de hambre. El yogur y las onzas de chocolate (con un 70% de cacao como mínimo) son dos opciones para los más golosos.
Cenar sin televisión
Algunas investigaciones sostienen que es más fácil que una persona deje la dieta si no come, aunque sea un día a la semana su postre preferido. Será mejor incluirlo en menor medida en la rutina a dejar los hábitos saludables. De este modo, aunque es preferible tomar productos nutritivos, no es necesario vetar los más calóricos por completo.
Otra regla relativa a la cena está relacionada con el tiempo libre. A última hora del día es habitual que los familiares o amigos se sienten a comer a la mesa mientras ven la televisión. Cuando se trata de perder peso, esto puede provocar que se consuman más calorías de lo normal, que quedan almacenadas en forma de grasa.
Por ello, habría que aplicar una norma que aconseja terminar la comida en silencio y sin distracciones. Desviar la mirada hacia la pantalla no solo fomenta una mayor ingesta, sino que dificulta igualmente la digestión. Aunque resulte complicado, puede ser interesante probar una cena sin televisión.
En último lugar, se recomienda el consumo consciente. Varios especialistas sugieren ingerir calorías por la noche con moderación. Comer demasiado dificultaría la digestión de los alimentos por parte del estómago. Es preferible tomar algo más ligero a última hora. Con ello, el sistema digestivo puede trabajar de forma más eficaz y da el suficiente tiempo al cuerpo para centrarse en otras funciones y gestionar su metabolismo.