El estado de Guanajuato, en el centronorte de México, nuevamente es escenario de masacres y atroces asesinatos en casas, velatorios y en domicilios privados.
En espera de que el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP) publique la estadística oficial sobre asesinatos en lo que va del año, un informe preliminar, elaborado por el Gabinete de Seguridad, da cuenta de 150 víctimas de homicidios dolosos en 2021; esto es, en promedio, entre once y doce asesinatos diarios en Guanajuato.
En los primeros 13 días de 2021, la entidad contabiliza siete masacres con cuatro o más víctimas fatales por incidente, de acuerdo con una revisión de la información de medios locales, recogida por el Gabinete de Seguridad en su informe.
Hay familias enteras asesinadas. El martes 12, un comando entró a una vivienda en la ciudad de Irapuato y asesinó a cinco miembros de un hogar, incluyendo una niña de 12 años. El viernes 8, sujetos ingresaron a un domicilio en Celaya, mataron a dos hombres, una mujer y a un bebé de un año, y después prendieron fuego a la casa.
El pasado jueves 7 de enero, un grupo de hombres irrumpió en un velatorio en Celaya, asesinó a nueve personas e hirió a dos más. También se registró la masacre de otras nueve víctimas en Villagrán y Celaya, y el homicidio de tres hombres y una mujer en San José de Iturbide, el pasado lunes 11.
La violencia trastoca la vida de ciudadanos, policías, presuntos criminales y hasta de la clase política, como se vio el martes 12, cuando el diputado local del Congreso de Guanajuato, Juan Antonio Acosta Cano, del Partido Acción Nacional (PAN), fue asesinado mientras hacía ejercicio en el municipio Santa Cruz de Juventino Rosas.
Violencia en el estado
Desde 2018, Guanajuato se ubica en el primer sitio en número absoluto de homicidios dolosos en el país, debido a la violenta disputa de organizaciones criminales por el mercado ilícito de combustible y de drogas.
Durante la conferencia matutina de este jueves, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, reconoció la violencia en la entidad y lo atribuyó a la “profunda descomposición social que se fue gestando en años”.
“Durante mucho tiempo se abandonó a los jóvenes, se abandonó la educación y también se permitió una convivencia entre autoridades y miembros de la delincuencia”, señaló el mandatario, quien criticó la falta de inversión social en Guanajuato, pese a que el estado tiene un importante nivel de desarrollo industrial, creación de empresas y maquiladoras.
Pese a la presencia de la Guardia Nacional y del Ejército en el estado, López Obrador dijo que es necesario “atender más el problema de la descomposición social”.
Esta entidad de 5,8 millones de habitantes, que aporta el 4,2 % del Producto Interno Bruto (PIB) de México, fue el centro de atención nacional el 1 de julio de 2020, cuando un comando ingresó a un centro de rehabilitación para consumidores de drogas y mató a 27 personas en Irapuato.
Al mes de la masacre, el Ejército mexicano detuvo a José Antonio Yépez Ortiz, alías ‘el Marro’, líder del Cártel Santa Rosa de Lima, una organización que obtenía millonarias ganancias derivadas del robo de combustible en Guanajuato y que presuntamente era responsable de buena parte del incremento de violencia en la entidad.
El 7 de agosto de 2020, el entonces titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), Alfonso Durazo, incluso declaró que a partir de la captura de ‘el Marro’, se había registrado una reducción del 50 % en los homicidios dolosos en el estado de Guanajuato.