El uso prolongado de la mascarilla, es algo con lo que tienen que lidiar los trabajadores de salud, debido a que la pandemia de la Covid-19 les obliga a usar protección y esto ha generado acné, seguido de dermatitis irritativa de contacto, dermatitis atópica y rosácea, entre otros.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) habló del tema a que explicó es completamente normal, pero con ciertos hábitos se puede evitar, pero primero se debe entender, por que algunas personas presentan este problema.
¿Qué es el acné?
El más frecuente se da en la pubertad debido a los cambios hormonales. Las hormonas llamadas andrógenos se encargan de establecer la comunicación entre las glándulas sebáceas con los folículo. La mala comunicación entre las glándulas sebáceas y los folículos trae como consecuencia el acné.
Normalmente, el sebo protege la piel con una capa resistente al agua, pero los cambios hormonales provocan que la secreción se acelere y la piel se vuelva más grasa. Aquí es donde la bacteria cutibacterium acnes cobra protagonismo. Esta bacteria se multiplica en ambientes poco aireados, como los poros obstruidos, causando inflamación. Las consecuencias son un aumento de granitos enrojecidos, pústulas o incluso lesiones severas y profundas llamadas nódulos y quistes.
Los dermatológos indican que la presión de la mascarilla contra el rostro, la fricción con la piel, el sudor y el ambiente húmedo y poco aireado debido al aliento y la saliva que se acumula en el interior de la mascarilla dan como resultado unas condiciones idóneas para que se produzca un brote de acné.
Cómo tratar el acné por mascarilla
Según explica la OMS en su guía técnica sobre el uso de la mascarilla durante la covid-19, que hay que cambiar la mascarilla si se humedece o está visiblemente sucia; no se debe usar por mucho tiempo una mascarilla que se haya humedecido.
En cuanto a la piel, recomiendan hacer una rutina de cuidado “más a conciencia”, y limpiarla mañana y noche con productos no irritantes y sin jabón. “Hay que dejar de utilizar principios activos y usar en cambio cremas de textura ligera que no sean demasiado grasas y que tengan el ph adecuado para la piel”.
Por último, destaca la importancia de cuidar la alimentación y reducir el estrés. “Los episodios de estrés hacen que la adrenalina y el cortisol aumenten y se produzca una reacción que se refleja en la piel. La prevención es clave”.
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