Este 12 de diciembre se cumplen 490 años desde la primera aparición de la Virgen de Guadalupe a Juan Diego, un indígena originario de México.
Desde ese acontecimiento, muchos países del mundo veneran a la Morenita del Tepeyac, como también se le conoce a esta aparición mariana, especialmente en Las Américas.
Guatemala no es la excepción y por este día, los devotos acuden al Santuario de la Virgen de Guadalupe ubicado en la zona 1 capitalina, para visitarla y ofrecer plegarias en agradecimiento a milagros y favores.
La tradición del país es que niños y niñas vistan trajes indígenas, en memoria de este santo mexicano que era indígena y cuya fe permitió que los creyentes la conocieran.
Actividades y visita al Santuario con aforo limitado
Debido a la pandemia de Covid-19 las autoridades eclesiásticas del Santuario de Guadalupe han organizado una serie de actividades que se realizarán con aforo limitado, y con las medidas de bioseguridad.
Entre estas actividades se realizará la tradicional serenata que finalizará a las 00:15 del domingo 12 de diciembre, cuando inicie la primera misa del día. Pero también se harán transmisiones por Facebook Live en las páginas oficiales:
*Santuario de Guadalupe, zona 1.
*C.I. de Santa María de Guadalupe-Oficial.
*ArcángelCorp.
El Santuario abrirá sus puertas desde las 5:00 y cerrará a las 20:30 horas para que las personas puedan visitar a la Virgen de Guadalupe.
Rosas de hermosa fragancia
Ese sábado 12 de diciembre, narra la agencia de noticias católica Aciprensa, el indio Juan Diego, salió de madrugada a sus clases de catecismo y a oír la Santa Misa, pero al llegar junto al cerro llamado Tepeyac amanecía y escuchó una voz que lo llamaba por su nombre.
Él subió a la cumbre y vio a una Señora de sobrehumana belleza, cuyo vestido era brillante como el sol, la cual con palabras muy amables y atentas le dijo: “Juanito: el más pequeño de mis hijos, yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios, por quien se vive. Deseo vivamente que se me construya aquí un templo, para en él mostrar y prodigar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa a todos los moradores de esta tierra y a todos los que me invoquen y en Mí confíen. Ve donde el Señor Obispo y dile que deseo un templo en este llano. Anda y pon en ello todo tu esfuerzo”.
Juan Diego hizo lo que la Virgen María le pidió y a pesar de que el Obispo de ese entonces, Monseñor Zumarraga lo escuchó maravillado, no le creyó y tras la insistencia de Juan Diego, le pidió que llevara una señal.
En un nuevo encuentro, Juan Diego le pidió la señal que debía llevar al obispo. María le dijo que subiera a la cumbre del cerro donde halló rosas de Castilla frescas y poniéndose la tilma, cortó cuantas pudo y se las llevó al obispo.
Una vez ante Monseñor Zumarraga Juan Diego desplegó su manta, cayeron al suelo las rosas y en la tilma estaba pintada con lo que hoy se conoce como la imagen de la Virgen de Guadalupe. Viendo esto, el obispo llevó la imagen santa a la Iglesia Mayor y edificó una ermita en el lugar que había señalado el indio.
Pio X la proclamó como “Patrona de toda la América Latina”, Pio XI de todas las “Américas”, Pio XII la llamó “Emperatriz de las Américas” y Juan XXIII “La Misionera Celeste del Nuevo Mundo” y “la Madre de las Américas”.