La Santa Sede no citó concretamente la conclusión de Washington de que los asentamientos no violan el derecho internacional. Pero la alusión pareció clara cuando mencionó “las recientes decisiones que amenazan con socavar aún más el proceso de paz israelí-palestino y la ya frágil estabilidad regional”.
Reiteró su apoyo a una “solución de dos Estados para dos pueblos, como única manera de llegar a una solución definitiva de este conflicto de larga data”.
Dijo que apoya el derecho de Israel a “a vivir en paz y seguridad dentro de las fronteras que le reconoce la comunidad internacional”, pero que “el mismo derecho pertenece al pueblo palestino y debe ser reconocido, respetado y aplicado”.