Motivados por la superación de sus hijos y por la falta de mobiliario, los padres decidieron poner manos a la obra y construir pupitres para la comodidad de los niños. Dijeron que la falta de un escritorio adecuado, ha obligado a los estudiantes a recibir clases en el suelo.
El centro educativo atiende a 300 estudiantes y hay únicamente tres maestros, según padres de familia.