Dulce María Cifuentes Cruz tenía 28 años de edad cuando desapareció. Fue a realizar unas compras al supermercado y nunca regresó. Su familia activó de inmediato los mecanismos de búsqueda con la esperanza de volvera a ver.
El Ministerio Público (MP) informaba el 24 de octubre de 2020, que localizó el cadáver de una mujer. Estaba envuelto en costales y abandonado en un barranco de la zona 2 del municipio de La Esperanza en Quetzaltenango. Era Dulce. Habia sido asesinada.
Momento en que rescataban el cadáver de Dulce María Cifuentes en octubre de 2020.
Los resultados forenses del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF) indicaban que la causa de su muerte fue asfixia por sofocación. El asesino colocó sus manos sobre su cuello y lo apretó hasta que dejó de respirar.
Dejó en la orfandad a dos niños pequeños.
Captura del esposo por ser uno de los principales sospechosos de su muerte
Poco mas de cuatro meses después, precisamente en el día en que se conmemora a nivel internacional el día de la mujer, el esposo de Dulce fue aprehendido.
Tras varios allanamientos, agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) logran la captura de Josué David Escobedo Cifuentes de 28 años de edad, en la zona 7 de Quetzaltenango.
Sin embargo, al día siguiente, un juez de Primera Instancia Penal consideró que no existen suficientes pruebas para ligar a proceso penal a Escobedo Cifuentes, por lo que dictó falta de mérito.
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Dulce había denunciado anteriormente a su pareja por violencia contra la mujer
En época de confinamiento durante el 2020, Dulce fue una de esas mujeres que en silencio sufría de violencia en su hogar. El registro de denuncias del Ministerio Público da cuenta que el jueves 25 de junio del año pasado, Dulce María decidió alzar la voz y denunciarlo, mencionando que hacía dos años atrás la trataba mal física y verbalmente además de serle infiel con múltiples mujeres. Sin embargo durante el confinamiento, el infierno se avivó, ya que la fricción provocada por el encierro había convertido a su pareja en monstruo.
El proceso quedó en un juzgado de paz y no tuvo avances. Cuatro meses después, Cifuentes Cruz terminó por engrosar las estadísticas de femicidio en Guatemala.
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