Los presidentes de Colombia y Panamá, Gustavo Petro y Nito Cortizo, acordaron trabajar para lograr un flujo migratorio “ordenado y seguro” entre ambas naciones y salvaguardar así las vidas de decenas de miles de migrantes.
Petro y Cortizo se reunieron este martes en Nueva York, Estados Unidos, en el marco de la Asamblea General 78 de las Naciones Unidas, que se celebra esta semana. Participaron en el encuentro sus cancilleres Álvaro Leyva, de Colombia, y Janaina Tewaney Mencomo, así como Samira Gozaine, directora del Servicio Nacional de Migración de Panamá.
El mandatario panameño precisó que conversó con Petro de “la migración irregular y los métodos para lograr un flujo migratorio ordenado y seguro” entre sus países, “con el propósito de salvaguardar la integridad de la vida humana”.
La cancillería de Colombia detalló que los presidentes acordaron “avanzar conjuntamente en alternativas para que la migración se dé en condiciones que garanticen la vida”.
Un comunicado oficial de Panamá puntualizó que Cortizo y Petro acordaron reactivar la Comisión de Vecindad Colombo-Panameña, “con la finalidad de atender temas bilaterales, estrechar los vínculos que unen a ambas naciones y fortalecer las relaciones”.
Se trata de una comisión binacional creada en 1992 para monitorear y articular esfuerzos para el desarrollo de las zonas fronterizas de Colombia y Panamá, dijo el documento.
Los gobiernos de Colombia y Panamá, así como organizaciones defensoras de los derechos humanos, han advertido sobre una crisis migratoria sin precedentes en zonas fronterizas de la región, como el llamado Tapón del Darién, que une a ambos países y por donde cruzan a diario miles de personas en su camino hacia los límites de México con Estados Unidos.
Según Naciones Unidas, más de 250 mil personas cruzaron la selva del Darién entre enero y julio de este año, superando en solo 7 meses la cifra total de migrantes de 2022 en esa zona boscosa y que las autoridades han definido como altamente riesgosa. Más de la mitad de esa población movilizada es de Venezuela, precisó la organización.
El gobierno de Panamá dijo a finales de agosto que ya eran más de 320 mil los migrantes que habían cruzado ese “tapón” boscoso y que 190 mil de ellos eran venezolanos.