Desde la semana pasada, los deslaves e inundaciones que se registran en el departamento de Escuintla y especialmente en el municipio de Palín dejaron a varias familias afectadas. Uno de estos puntos es el asentamiento las Bugambilias, el cual fue arrasado por una fuerte correntada de agua que dejó a cinco familias prácticamente sin hogar.
Doña Karla López, una comerciante de lácteos en el sector, cuenta que el martes pasado, mientras ella trabajaba, sus hijos y nietos estuvieron a punto de perder la vida, por una “avalancha de agua” que no les dejó tiempo de hacer nada más que salir corriendo.
La mujer cuenta que uno de sus hijos lavaba ropa cuando un fuerte estruendo lo tomó por sorpresa, pues el agua lo arrastró, como pudo ayudó a su hermana y sus dos sobrinos que ya habían quedado atrapados. No obstante lograron salir a flote y buscar la parte alta para ponerse a salvo.
El agua se lo llevó todo, incluso, paredes de block cedieron a la fuerza y todas las pertenencias quedaron entre el lodo.
Las pérdidas de esos objetos suman alrededor de Q60 mil, pero también se debe sumar el costo del terreno y la construcción.
En este caso, la familia afectada tomó la decisión de irse, únicamente buscan obtener un reembolso de lo que invirtieron en las propiedades, para buscar un nuevo destino.
Se preparan para irse
En la misma situación está la familia Morales, quienes corrieron con mejor suerte pues el agua no destruyó la vivienda elaborada con madera y lámina, pero puso en riesgo la vida de sus diez integrantes.
Leonel Morales, un joven padre de familia indica que decidieron irse a vivir a otro lugar, únicamente están esperando que finalicen las labores de limpieza que abrirá el camino para poder llevar un camión y retirar sus pertenencias, aunque saben que corren riesgo.
El día de deslave vivieron un fuerte susto, debido a que sólo su esposa estaba con sus hijos en el lugar, cuando tuvo que salir como pudo para resguardarlos y salvarse a sí misma.
Comenta que apenas tenían cuatro meses de vivir en el lugar, pero por seguridad se van a ir a otro lugar.
“Nos vamos a ir de acá porque aquí estamos corriendo mucho peligro, somos diez, cinco pequeños y cinco grandes. No nos hemos ido por algunas cositas que tenemos aquí, porque tememos que se metan a robar”, indicó.
Albergues
Cinco familias que residían en ese lugar se resguardan en un albergue habilitado en una escuela de Palín.
Mujeres representantes de estas familias comentaron cómo el río de llevó todo, como consecuencia de las lluvias.