El huracán Beryl continúa su desplazamiento por el Mar Caribe, en el Océano Atlántico de manera muy rápida en dirección Oeste-Noroeste, según explica el último aviso del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos, con vientos peligrosos e incremento en el nivel del agua.
El ciclón ha dejado serios daños en el archipiélago San Vicente y Las Granadinas que era parte de su trayectoria, así como inundaciones en Venezuela.
En Guatemala, el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH), monitorea el fenómeno, y señala que actualmente se localiza al sur de Puerto Rico y Norte de Venezuela, por lo que hace un llamado a la población a no alarmarse, ya que debido a la trayectoria el huracán no representa una amenaza directa para el país.
¿Qué efectos se podrían tener en Guatemala?
De acuerdo con el meteorólogo César George, en Guatemala, las lluvias serán normales como parte de la temporada de invierno, y que en todo caso lo que más podría afectar sería el tema de los vientos especialmente hacia la parte norte de Petén, ya que mantiene vientos cercanos a los 270 kilómetros por hora.
“Es importante tomar en cuenta que la trayectoria que ha dado el Centro de Huracanes de Miami no ha cambiado, por lo que este huracán se acerca al sur de Haití, República Dominicana, pasando muy cercano a Jamaica por lo cual esperaríamos que se acerque al norte de Belice y Península de Yucatán entre la tarde noche del día jueves y viernes”.
Es importante tomar en cuenta que en cuanto a velocidad de desplazamiento, 35 kilómetros por hora, se parece mucho al huracán Iris que nos afectó en 2001, por lo tanto podrían presentarse lluvias asociadas a las bandas nubosas, pero más nos podrían afectar los vientos en algún momento hacia la parte norte del departamento de Petén”.
Agregó que sólo si la trayectoria cambia, Guatemala podría tener efectos mayores, pero de momento no hay ningún peligro, ya que se desplaza prácticamente al noroeste.
Radio de acción no ha crecido por la velocidad
El experto detalla que pese a su intensidad, su desplazamiento rápido no ha permitido que su radio de acción crezca lo suficiente.
También destacó que hay probabilidades de que cuando llegue a Belice se disipe. “Las montañas Mayas son bastante altas y cualquier sistema que se acerque ahí tiende a disiparse al nomás tocar tierra”