Este miércoles 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, con el objetivo de denunciar la explotación infantil que se lleva a cabo en muchos países del mundo, donde se obliga a los niños a trabajar, negándoles todo el derecho a la educación, la salud y una vida plena que le permita su desarrollo y bienestar integral.
Este año se centra en la celebración del 25 aniversario de la adopción del Convenio sobre las peores formas de trabajo infantil (1999) Convenio 182 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
También piden a todos los países que aun no haya ratificado otro convenio importantísimo que lo hagan. Se trata del convenio 138 sobre la edad mínima de admisión al trabajo (1973).
A pesar de los avances significativos en la reducción del trabajo infantil, en los últimos años se ha producido un retroceso en las tendencias mundiales, lo que subraya la imperiosa necesidad de aunar esfuerzos para acelerar las acciones encaminadas a erradicar el trabajo infantil en todas sus manifestaciones.
Con la adopción de la meta 8.7 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, la comunidad internacional se comprometió a eliminar el trabajo infantil en todas sus formas para 2025.
Explotación infantil
Es una triste realidad de muchos países, donde los niños y jóvenes son obligados a trabajar desde edades muy tempranas.
Lamentablemente, esta saturación ha venido ocurriendo durante décadas, sin que los Gobiernos hayan encontrado una salida satisfactoria para resolver esta problemática, que cada vez es más recurrente y alarmante.
Muchos de estos niños no tienen acceso a la educación ni a las necesidades básicas de todo ser humano, como son la salud y la alimentación.
La principal causa radica en que estos niños y jóvenes deben trabajar para ayudar a sus padres o sostener a su grupo familiar, situación que ocurre con mayor frecuencia en países con elevados índices de pobreza y miseria.