El Arzobispo de Guatemala, Monseñor Gonzalo de Villa y Vásquez, emitió un comunicado con las disposiciones para las actividades religiosas del próximo año, particularmente las procesiones de la Semana Mayor.
El prelado reitera a la feligresía católica, así como a las hermandades, cofradías y asociaciones de piedad popular de la Arquidiócesis que sí se autoriza la celebración de procesiones y otras actividades de culto público durante la Cuaresma y Semana Santa. Sinembargo esto aplica sólo a las parroquias y comunidades de la Arquidiócesis de Santiago de Guatemala.
Disposiciones para participar en procesiones
Entre las medidas se destacan las actividades en cuanto a las medidas de bioseguridad, semáforo de alertas, así como de las relacionadas con la vacunación y el distanciamiento.
*Coordinar con las autoridades locales sobre las medidas a tomar y cuales han de ser los protocolos sanitarios que se establezcan, dependiendo el semáforo Covid-19 vigente para los días de las celebraciones pascuales.
*Verificar que todos los feligreses que participen de las actividades cuenten con el esquema completo de vacunación, lo cual será un requisito obligatorio para participar de cualquier procesión.
*Asegurar uso adecuado de mascarilla en todo momento, así como promover un sano distanciamiento entre los participantes.
*Coordinar entre las hermandades, cofradías y asociaciones que hagan procesiones en los mismos días, especialmente el Viernes Santo, para evitar traslapes de recorridos y excesivas concentraciones de personas, particularmente en la Plaza Mayor frente a la Catedral Metropolitana.
*Aprovechar de los medios de comunicación social para realizar campañas de concientización entre los participantes de los cortejos y los feligreses que quieran acudir a ellos en el sentido de guardar los cuidados para evitar aglomeraciones innecesarias que pueda derivar en nuevos contagios.
Celebración solemne y segura
Asimismo recuerda que dado que la pandemia no ha terminado, es importante que todo cortejo o velación que se organice se realice de forma con el cuidado suficiente para que sea, a la vez, una celebración solemne pero sobre todo segura para los participantes y que pueda adaptarse a la situación vigente.
Estos criterios también se deben aplicar a las procesiones de la Cuaresma y también a los rezados de la Santísima Virgen María en ocasión de Adviento y Natividad, así como otras procesiones tradicionales. Sin embargo, para nuevas procesiones se ha de contar con la debida autorización de la Curia Arzobispal.