Este 5 de septiembre se celebra el día nacional del Quetzal, ave símbolo de Guatemala. El Quetzal (Pharomachrus mocinno) habita en las regiones montañosas con bosque nuboso en Verapaces, Quiché, Huehuetenango, San Marcos y bosques de altura en conos volcánicos de la costa sur.
El Quetzal fue declarado Ave Nacional de Guatemala, según el Decreto No.33 del 18 de noviembre de 1871, esta ave era considerada por las civilizaciones precolombinas de Mesoamérica como un ave divina asociada a Quetzalcóatl, la “serpiente emplumada”.
Los antiguos mexicas y mayas vieron al quetzal como el “dios del aire” y como un símbolo de la bondad y la luz, sus plumas de cola verde fueron veneradas como símbolos para el crecimiento de las plantas en la primavera.
Característas
-Es un ave de mediano tamaño de 36–40 cm de largo.
-El macho tiene una cola serpentina de hasta 65 cm de largo.
-Tiene un peso de aproximadamente 210 gramos y tiene plumas de cola más finas y cortas.
-El macho tiene una cresta erizada en la cabeza, que consiste de plumas erectas y comprimidas unas con otras.
-El pico que está parcialmente cubierto de plumas filamentosas verdes, es amarillo en los machos adultos y negro en las hembras.
Peligro de extinción
Desde al año 1970,, el ave nacional de Guatemala esta considerada como en “peligro de extinción”. Además, los países donde habita ( incluyendo México) firmaron el acuerdo CITES, que regula el tráfico de especies amenazadas y establece la prohibición de hacerlo con ejemplares (vivos o muertos) o con sus productos o subproductos.
El ave Quetzal es también amanazado por tucaneta verde, ardillas y otros mamíferos nocturnos, que atacan sus huevos o polluelos pequeños, o por búhos, halcones y aguilillas que matan a los adultos. Además, los humanos los cazan, ya sea por sus plumas o para intentar venderlos como mascotas.
Sin embargo, estos animales no son capaces de sobrevivir en cautiverio y una vez atrapados no se alimentan y fallecen. Otra de las causas de su merma es la pérdida de sus hábitats, lo que ha propiciado la desaparición de casi 70 por ciento de los sitios de anidación.