Lo que debió ser un procedimiento de rutina para dar con el paradero de una aeronave, presuntamente transportando algún tipo de droga o ilícito en el área, se convirtió en la peor pesadilla para un comando del Ejército de Guatemala se hallaba en el lugar. El grupo que recibió ordenes para ir a patrullar en busca de un vehículo áereo no identificado del narcotráfico, se dirigió a una escuela ubicada en el municipio de Semuy II.
La tropa fue emboscada por alrededor de 100 personas y entre estos un pequeño grupo fuertemente armado de alrededor de 12 hombres. Estos utilizaron a niños, mujeres y ancianos como escudos, uno de los principales factores que obligó al jefe del grupo castrence a dar la orden de no disparar.
Ese lunes 2 de septiembre, tres soldados fueron asesinados. Cuatro soldados que habían sido retenidos en la escuela del lugar y a quienes no se les permitó tener atención médica, finalmente fueron rescatados por un operativo militar.
El infante de marina, Edgar Domingo Caal cuenta con detalle los momentos de angustia que vivió junto a sus compañeros. Desde el Centro Médico Militar, donde se recupera de las heridas, destaca que las secuelas emocionales, serán difíciles de superar.
“Pensé que no volvería a ver a mi familia”
Erwin Coy Méndez, marinero de primera, relata como tuvo que correr para salvar su vida. Un momento que no imagino vivir nunca.
Los cuatro elementos militares que resultaron heridos se recuperan satisfactoriamente. Sus compañeros que no corrieron con la misma suerte, fueron inhumados el viernes último, con los honores correspondientes. Mientras tanto este día, el Congreso de la República aprobó el Estado de Sitio que fue decretado el pasado martes 3 por el Ejecutivo. En los próximos 30 días, autoridades esperan dar soluciones a problemas de conflictividad en el área muy arraigos que pone en riesgo la vida de cientos de pobladores.