Una cerca del estadio de Nairobi se vino abajo por los empujones de la gente y alrededor de 60 personas resultaron heridas, aunque la cifra podría aumentar, dijo un médico.
“Tuvimos que tratar algunas con heridas leves. La mayoría fueron trasladados al principal hospital de Nairobi”, dijo Peter Muiruri. No se reportaron desaparecidos.
La gente trató de evitar a las fuerzas de seguridad, que estaban armadas con bastones. Algunos no lo lograron. “La policía me golpeó tras intentar entrar”, afirmó uno de los testigos, Benson Kimutai.
En las elecciones celebradas el 9 de agosto, Rutto se impuso por un estrecho margen al veterano opositor Raila Odinga. La Corte Suprema rechazó la semana pasada los recursos a los resultados oficiales.
Ruto era el número dos del presidente Uhuru Kenyatta, pero protagonizó una amarga ruptura que hizo que no se hablara durante meses. Kenyatta lo felicitó públicamente por su triunfo por primera vez el lunes.
Ruto asume la presidencia de la democracia más estable del este de África, que tiene una deuda elevada que pondrá a prueba su capacidad de cumplir las promesas que hizo en campaña a los más pobres.
Con la transición, la presidencia de Kenia pasa a un líder acusado por la Corte Penal Internacional, a otro. Tanto Kenyatta como Ruto fueron imputados por sus papeles en los disturbios letales registrados tras los comicios de 2007, pero los casos se cerraron más tarde en medio de sospecha de presunta intimidación de testigos.
A pesar de los antecedentes de violencia política, los comicios de agosto fueron pacíficos. El caos surgió apenas en los últimos instantes, cuando la comisión electoral se dividió públicamente y los destacados fundamentales de Odinga trataron de impedir personalmente la declaración de Ruto como ganador.